Una extracción dental es un procedimiento mediante el cual se elimina un diente que está dañado o infectado. Es posible diferenciar entre extracción simple o extracción compleja o quirúrgica. Las causas más frecuentes por la que debe ser extraído un diente son la destrucción por caries y la enfermedad periodontal.
Sin embargo, existen otras situaciones en las que se precisa la extracción, como pueden ser:
● Dientes fracturados.
● Extracción de dientes sanos para realizar tratamientos de ortodoncia.
● Extracción de dientes sanos para facilitar la construcción de una prótesis.
● Dientes temporales retenidos.
● Dientes incluidos (no erupcionados).
● Infecciones
● Enfermedades
● Poco espacio bucal
● Muelas del juicio
Normalmente, para llevar a cabo esta tarea se aplica anestesia local, lo que permite al paciente estar más relajado y no sentir ninguna molestia durante la extracción. Por norma general, una extracción no es un tratamiento que conlleve muchos riesgos. Entre las complicaciones que pueden surgir están el sangrado o la inflamación.
A pesar de ello, sí que es cierto que en determinadas ocasiones puede complicarse y que el proceso sea algo más costoso y será el odontólogo el que lo determinará. Entre los casos más comunes de extracciones nos encontramos con las muelas del juicio.
Generalmente son piezas dentales que se encuentran alojadas en los maxilares. Cuando la posición que ocupan estos dientes no es la correcta o no tienen el suficiente espacio como para salir de manera natural sin influir en la posición del resto de los dientes, será imprescindible llevar a cabo este proceso.
Tras este tipo de intervenciones, es necesario que el paciente siga una serie de pasos que le ayuden a recuperarse cuanto antes. Entre ellos podemos mencionar los siguientes:
● Toma únicamente los medicamentos recomendados por tu odontólogo
● Coloca frío en la zona inflamada
● Descansa y no hagas esfuerzos
● Pon mucha atención a tu higiene bucal
● Durante los primeros días sigue una dieta blanda y evita los alimentos duros
● Intenta no fumar ya que la nicotina hace que los vasos sanguíneos se estrechen y como consecuencia las heridas pueden tardar más en curarse.
Este proceso debe ser llevado a cabo por un dentista, cirujano bucal o por un periodoncista especializado, y por ello, en nuestra clínica dental contamos con los mejores profesionales en todo tipo de tratamientos.
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